El Poder de la Palabra

El Poder de la Palabra Bíblica Enseñada en la Iglesia

La Palabra de Dios, contenida en la Sagrada Escritura, es considerada por la Iglesia como la voz viva de Dios dirigida a su pueblo. No es solo un texto antiguo, sino una fuerza transformadora que ilumina, sana, guía y renueva la vida de quienes la acogen con fe.

La Iglesia enseña que la Biblia es inspirada por el Espíritu Santo (2 Timoteo 3,16) y, por tanto, posee una autoridad divina. Cuando se proclama en la liturgia, se medita en la oración o se enseña en la catequesis, actúa con poder:

• Convierte los corazones (Hechos 2,37-38),

• Fortalece la fe (Romanos 10,17),

• Da sabiduría para la vida cristiana (Salmo 119),

• Y edifica a la comunidad (Hechos 20,32).

Jesús mismo es la Palabra hecha carne (Juan 1,14), y por eso, la lectura y enseñanza de la Biblia en la Iglesia no es solo información, sino un encuentro personal con Cristo. La Iglesia, guiada por el Magisterio, custodia e interpreta fielmente esta Palabra para que no se distorsione y siga siendo fuente de vida eterna.

En síntesis: la Palabra bíblica, proclamada y enseñada en la Iglesia, es semilla de fe, espada del Espíritu y luz para el camino del creyente.